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2012 – Bamako, Malí.

Financiación: ONGD Proyecto África-Amigos de Malí fondos recaudados en el evento “Cabezo Solidario con África”.

Recientemente Naciones Unidas ha hecho oficial el nombramiento del Día Internacional de la Niña. El próximo 11 de octubre será el primer Día Internacional centrado en la especial situación de vulnerabilidad que sufren millones de niñas en todo el mundo y que las hace las pobres de entre los pobres.

Amigos de Malí, lleva muchos años luchando por erradicar la doble discriminación, por género y edad, que sufren millones de niñas en todo el mundo a través de la educación. Intentamos eliminar la desigualdad entre géneros facilitando becas para su formación y tratamos de favorecer su posterior autonomía a través de la financiación de diversos cursos y talleres.

Desde Amigos de Malí queremos celebrar la creación del Día Internacional de la Niña con vosotros. Os acercamos una breve entrevista que Mª Antonia Úbeda ha realizado a Rosine Kamate, una de nuestras alumnas becadas de la Congregación de María Inmaculada de Bamako.

Mª Antonia Úbeda: ¿Cómo te llamas?, ¿Qué edad tienes?, ¿De dónde vienes?
Rosine Kamate: Me llamo Rosine Kamate, tengo 16 años y soy de un pueblecito cerca de San, Mandiakouy. Mis padres son cultivadores y mis hermanos más pequeños viven con ellos.

Mª Antonia Úbeda: ¿Cómo descubriste la Congregación?
Rosine Kamate: Vine a la Capital en busca de trabajo, me alojé en casa de unos parientes y me hablaron de las hermanas que acogían a las chicas para buscarles trabajo como empleadas de hogar.
Las hermanas cogen a las jóvenes los lunes por la mañana, cuando yo fui había más de 40 niñas en la puerta y todas estaban como yo, deseando tener una plaza. Ese primer lunes yo no tuve suerte pero el siguiente ¡no me lo iban a quitar!  Me levante muy tempranito y fui la primera de la fila, ese día solo podía dar gracias a Dios y a las hermanas por esta oportunidad tan grande de poder trabajar.

Mª Antonia Úbeda: ¿Estás contenta con la formación que estas recibiendo?
Rosine Kamate: Allí estaba contenta, desayunábamos calentito y comíamos un plato de arroz, aunque nos hacían comer con la cuchara y yo no estaba acostumbrada. Las hermanas nos dan muchos consejos y nos ayudan en todo. Nos enseñan a limpiar y a leer y escribir. Después si encontramos un trabajo venimos a casa de las hermanas los domingos para seguir la formación, y descansar un poco, aunque muchas señoras no quieren darnos este día de descanso, si tenernos problemas venimos a explicarles a las hermanas y nos dan otro trabajo. Es muy importante para mí tener este apoyo.

Mª Antonia Úbeda: ¿Qué le dirías a la Congregación?, ¿Y a Amigos de Malí?
Rosine Kamate: Yo no he ido al colegio nunca, mis padres se iban a cultivar y yo tenía que quedarme en la casa preparando la comida y ocupándome de mí hermano que tiene cinco años menos que yo. Las hermanas me han ofrecido la oportunidad de trabajar y si ahorro un poco el año que viene podré comenzar el Centro de alfabetización y costura. Veo a muchas jóvenes como yo que ahora pueden hablar en francés (yo hablo bambara solamente) y podría comprarme una máquina de coser para volver al pueblo y abrir mi propio taller. ¡Eso sí que sería fantástico! Yo jamás había pensado que podría tener la posibilidad de ir al colegio y las hermanas ayudan económicamente a muchas jóvenes a salir adelante, yo estoy muy contenta.

Yo doy gracias a Dios, a las hermanas y a todos los Amigos de Mali que colaboran con las hermanas, sin su ayuda no hubiera podido ser lo que hoy soy, jamás hubiera imaginado que podría comenzar el colegio, y sería siempre una sirvienta. Las hermanas ayudan a muchas jóvenes no importa de qué religión o país, están muy cerca de las jóvenes y siempre nos dicen que es gracias a las personas que les ayudan que pueden pagar todos los gastos del colegio. Espero que no se cansen de ayudarnos pues yo he tenido la suerte pero también me gustaría traer a mi hermana que está en el pueblo que reciba esta formación.

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